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STORNI Y LOS INTERESES ARGENTINOS EN EL MAR
24/06/2021 – BUENOS AIRES| En junio de 1916 el almirante Storni pronunció dos exposiciones en el
Instituto Popular de Conferencias. La primera disertación versó sobre la Razón de ser de los Intereses Marítimos
Argentinos. Factores que facilitan u obstaculizan el desarrollo del poder naval
de la Nación. A los pocos días, completó su charla con Política Naval Argentina, Problemas de la
Defensa Nacional por el lado del Mar. Ambas fueron publicadas por el
diario La Prensa. El éxito y novedad de su tesis llevó a que en 1952 se
efectuara la publicación de la primera edición de los Intereses Argentinos en el Mar,
recibido auspiciosamente y convirtiéndose en una publicación de gran interés
para la comunidad.
Para Storni la grandeza de la nación se encuentra en la germinación de
los intereses marítimos, que no pueden defenderse sin un adecuado poder naval
basado en tres importantes columnas: producción, transporte propio y mercado;
sostiene que “en el mar únicamente necesitamos
la vía siempre libre y provista de bodega para nuestro intercambio”[1],
de lo contrario, dejar a merced de otros países la boca del Plata o las rutas
atlántica y del Pacífico, sería renunciar a las posibilidades de desarrollo.
Pero el poder naval no consta solo de una eficiente maquinaria bélica, sino que
será la industria mecánica, una marina mercante propia, las pesquerías y las
poblaciones marítimas, las que permitan el porvenir.
Esa, sostiene Storni, debe significar una de las mayores aspiraciones para
un país cuya historia está signada por su apertura al mar, y donde la seguridad
actual tiene por garante al intercambio marítimo. La defensa de los mares no es
una realidad disociada de la economía ni de la política, sino que dependen unas
de otras; es decir, un poder naval militar que permita afrontar los riesgos de
la guerra[2],
que brinde la suficiente autonomía para no sufrir las consecuencias de una
conflagración como la que se estaba viviendo a nivel mundial.
La necesidad de una marina mercante propia se revela como un imperativo
en el pensamiento de Storni, no solo porque la experiencia de la Primera Guerra
Mundial revelaba las dificultades que acarreaban buques con una o más
matrículas, sino porque de este modo se combate el monopolio del tráfico. Pero
también advierte que una marina así es imposible sin una industria que la
acompañe, sin un estado que brinde facilidades tanto al constructor como al
armador.