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164° Aniversario del fallecimiento del Almirante Guillermo BROWN
03/03/2021
– BUENOS AIRES| En la mañana de hoy, y presidida por el Director de la Escuela
de Guerra Naval, Capitán de Navío Ciro GARCÍA REPETTO, tuvo lugar una ceremonia
en conmemoración por el fallecimiento del Almirante Brown. La misma
se realizó en la plaza de armas y contó con la presencia de plana mayor,
dotación y alumnos.
GUILLERMO BROWN – 22 de junio de 1777 – 3 de marzo de 1857
Guillermo Brown nació en Foxfort, condado de Mayo, Irlanda, el 22 de junio de 1777.
Formado
en el sacrificado arte de navegar en aguas del Atlántico Norte, llegó al país
en el ambiente tumultuoso de la revolución de Mayo, y fueron precisamente esos
sucesos los que cambiaron definitivamente el curso de su vida. Nadie todavía
imaginaba que se convertiría en el hombre destinado a escribir las páginas más
gloriosas de la historia naval Argentina.
Cuando
en 1814, las operaciones de guerra por la Independencia, hacían imperativo
armar una escuadra para quebrar el control realista sobre las aguas del Río de
la Plata, no dudó en ponerse al servicio de la causa libertadora, que reclamaba
de su valor e inteligencia.
Al
mando de la fragata Hércules y
secundado por otros ocho navíos de distinto porte, Brown tomó la isla Martín
García, venció a la temeraria escuadra realista, bloqueo el puerto de
Montevideo, y con el cerco cerrado por él facilitó la capitulación de la
ciudad.
Después
de aquella victoria, el respetado irlandés, que con su espíritu y coraje se
había ganado la admiración de todo Buenos Aires, fue elegido para llevar
adelante una ambiciosa empresa militar en aguas del Pacífico. Las operaciones
corsarias bajo su conducción, además de
hostigar el comercio y el poder marítimo español, contribuyeron a difundir las
ideas de libertad en las costas de Chile, Perú y Ecuador.
A
las acciones durante la guerra por la Independencia le siguieron las de la
guerra con el Brasil. Los combates de Los Pozos, Quilmes y Juncal jalonaron esa
campaña donde junto a la figura de Brown, brillaron las luces de otros héroes
navales argentinos, como Tomás Espora y Leonardo Rosales.
El
gobierno de la Confederación Argentina también lo encontró fiel a la bandera de
la Patria y ante la amenaza extranjera no trepidó en ofrecer su espada en
defensa de los ideales de libertad y soberanía.
Guillermo Brown no dejó
testimonios de su vida privada, sobre la cual mantuvo siempre un responsable
silencio. La tradición señala que en la madrugada del 3 de marzo de 1857
antes de cerrar los ojos para siempre, dirigió la mirada hacia su amigo el
coronel José Murature, diciéndole: “comprendo que pronto cambiaremos de
fondeadero, ya tengo práctico a bordo”
En
su despedida Bartolomé Mitre observaba que su existencia había sido “la
consagración a la religión sublime del deber, la fidelidad a la vieja bandera
de su patria adoptiva, el culto del honor militar y la práctica de las virtudes
públicas y privadas, que realzaban la magnitud de sus hazañas y la altura moral
del héroe republicano”.
Del
episodio grandioso de las campañas navales, a la dimensión humana de quien las
protagonizó, no existen distancias.
Brown acudió cada vez que fue requerido al llamado de las armas
alternando la dura vida de hombre de mar con el trabajo de la tierra y la vida
sedentaria de su pequeña quinta de Barracas. En efecto, jamás se apartó de la
línea trazada por sus ideales, ni se envaneció con los laureles conquistados en
sus campañas.
Irlandés
de origen y argentino por opción dignificó por igual a las dos naciones. En
Europa quedaron las remembranzas de la infancia que forjó las primeras líneas
de su carácter, en nuestra tierra, que siendo suya, también lo fue de sus
hijos, una hermosa lección de vida consagrada a la libertad.